Uso ilícito y manipulación de la imagen de la doctora Elena Barraquer
23/12/2024
19/03/2019
Muchas han sido las técnicas propuestas y practicadas para lograr cambiar el color de los ojos con fines estéticos, que depende de la cantidad y distribución de un pigmento denominado melanina a nivel del iris.
Algunas, como el uso de lentillas de contacto cosméticas, son reversibles y conllevan menos riesgo. Otras, como la pigmentación corneal y el uso de implantes intraoculares, son irreversibles y han demostrado con el tiempo presentar un mayor número de complicaciones.
Actualmente existe un procedimiento que consiste en la aplicación de impactos de láser sobre la superficie anterior del iris con el objetivo de conseguir una reducción del grado de pigmentación de este tejido. Es así como se explica que solamente puede ofrecer un cambio impredecible de una tonalidad más oscura a una más clara que la original, por ejemplo de marrón a grisáceo.
Es importante decir que este procedimiento, el cual provoca cambios irreversibles oculares, no está aprobado por ningún organismo sanitario oficial.
No obstante, lo que más preocupa a la mayoría de los oftalmólogos es el alto riesgo de posibles complicaciones que no han sido estudiadas a largo plazo y podrían acabar causando un deterioro de la salud visual de los pacientes.
Una de las principales complicaciones es el glaucoma pigmentario, debido a una elevación de la presión intraocular secundaria a la liberación de pigmento del iris que este procedimiento induce.
El glaucoma puede llevar a una pérdida visual irreversible requiriendo de tratamiento medicamentoso indefinido y eventualmente hasta quirúrgico en casos que no respondan adecuadamente.
Otra complicación, que es de esperar al eliminar cualquier grado de pigmentación natural del iris, es la fotofobia o intolerancia inusual a la luz de carácter crónico, también motivada por cambios en el tamaño de la pupila.
Asimismo, puede darse una inflamación intraocular transitoria, que por más que sea tratable con medicación, puede dejar secuelas inesperadas.
El deseo de las personas de transformar los aspectos que menos les agradan de su cuerpo, como por ejemplo el color de sus ojos, puede llevarlos a buscar “soluciones” que no están exentas de riesgos considerables y que, en un porcentaje de los casos, llevan a un deterioro irreversible de un sentido tan preciado como es el de la visión.
Dr. Federico Trejos