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Cuando nacemos nuestro sistema visual aún no está desarrollado. La etapa de aprendizaje visual se inicia en el nacimiento y finaliza aproximadamente a los 8-9 años de edad. Cualquier patología ocular que provoque mala visión de uno o ambos ojos durante este periodo crítico, puede desembocar en ambliopía y “ojo vago”. Sus causas más frecuentes son los defectos de refracción (miopía, astigmatismo, hipermetropía) y el estrabismo. La posibilidad de recuperar la visión del ojo vago es alta si se diagnostica y trata antes de los 4 años, edad a partir de la cual disminuye progresivamente siendo prácticamente nula a los 8-9 años. A partir de esa edad, todo lo que no se haya aprendido no va a poder recuperarse en la edad adulta. Es por ello que es vital un diagnóstico y tratamiento precoz.
Muchas veces las familias tienen dudas sobre cuando llevar a sus hijos a revisar su salud ocular. La Dra. Idoia Rodríguez Maiztegui incide en la importancia de “realizar la primera revisión de la salud ocular por parte del oftalmólogo especialista hacía los 2-3 años, aunque no exista sintomatología”.
A pesar de que muchos de los niños con ojo vago no presentan sintomatología y se desenvuelven con total normalidad, existen una serie de signos y síntomas que nos pueden alertar sobre la presencia de algún problema ocular:
Si detectamos alguno de estos signos es muy importante acudir al especialista para descartar la existencia de patología ocular y realizar un diagnóstico y tratamiento precoz que nos permita garantizar la salud ocular de los más pequeños de la casa.
Nunca es demasiado pronto para una revisión ocular infantil, mientras que en ocasiones sí que es demasiado tarde. Sin duda con un diagnóstico precoz estamos a tiempo y será posible erradicar la ambliopía en la edad adulta.
Dra. Idoia Rodríguez Maiztegui, oftalmóloga del Centro de Oftalmología Barraquer