Mejora de los ensayos clínicos de oftalmología con inteligencia artificial: aplicaciones, beneficios y desafíos
17/12/2024
20/04/2015
La tomografía de coherencia óptica (OCT en sus siglas en inglés) es una prueba complementaria con la que se obtienen imágenes del tejido que se quiere estudiar utilizando la luz como fuente de energía.
Mediante esta técnica obtenemos imágenes muy similares a cortes histológicos y estudiamos las características internas de la parte del ojo que queremos estudiar.
Para que se pueda realizar correctamente la OCT, la luz debe de entrar sin ningún tipo de freno. Por tanto, las opacidades intraoculares (cataratas avanzadas, hemorragias, opacidades corneales) impiden realizar correctamente la prueba. La OCT tiene básicamente tres áreas de aplicación clínica ocular: córnea, glaucoma y retina.
En el ámbito corneal es útil, entre otras aplicaciones, para medir su espesor y determinar los márgenes de seguridad que puede tener la cirugía refractiva.
En el área retiniana las aplicaciones son muy variadas:
En el nervio óptico, permite la medición de:
En el glaucoma existe un adelgazamiento del anillo neurorretiniano, a la vez que la copa se va agrandando y la relación de la copa/disco va aumentando.
En la capa de fibras de la retina, nos permite medir el grosor de la capa de fibras nerviosas; en los pacientes con glaucoma incipiente, se observa una disminución del grosor de dicha capa, sobre todo en los cuadrantes inferiores y superiores.
En el complejo de células ganglionares de la retina, el OCT-Cirrus permite una medición precisa de las mismas en la mácula, la disminución de dichas células es característica del glaucoma.
El OCT es una herramienta diagnóstica del glaucoma incipiente, cuando todavía no hay alteraciones en el campo visual; también permite valorar la progresión y respuesta al tratamiento.