El test de osmolaridad: ¿En qué consiste?
22/11/2024
24/03/2023
La conjuntivitis primaveral, en realidad un tipo de conjuntivitis alérgica, es una afección ocular común durante la temporada de primavera. La conjuntiva, la capa fina y transparente que cubre la superficie del ojo, se inflama como resultado de la exposición a alérgenos como el polen, el polvo y otros agentes irritantes que se encuentran en el aire durante esta época del año.
Los síntomas de la conjuntivitis primaveral incluyen enrojecimiento, picor y lagrimeo excesivo en los ojos. Como no afecta la córnea, por lo general no causa una disminución de la visión, aunque los síntomas pueden afectar significativamente la calidad de vida de una persona, especialmente si no se tratan adecuadamente.
En un primer momento, como primer auxilio, lo que se debe hacer es lavar los ojos con suero fisiológico frio para arrastrar alérgenos que hayan entrado en los ojos. Si no se dispone de suero se puede usar agua limpia y fría.
Es necesario acudir a un oftalmólogo para recibir el tratamiento adecuado para esta patología, que suele implicar el uso de colirio antihistamínico para reducir el picor y la reacción alérgica. En algunos casos más severos es necesario un colirio con cortisona, siempre prescrito por el especialista ya que puede tener efectos secundarios. Si el paciente además presenta rinitis, estornudos, picor y congestión nasal también está indicado un antihistamínico por vía oral.
Igualmente, es importante que las personas que sufren de conjuntivitis alérgica eviten la exposición a los alérgenos que causan sus síntomas tanto como sea posible. Intentar no salir al aire libre en los días de alta concentración de polen, mantener las ventanas cerradas en casa y en el automóvil, y lavarse las manos y la cara con frecuencia para eliminar los alérgenos que puedan haber entrado en contacto con ellas.
Dr. Victor Charoenrook, oftalmólogo del Centro de Oftalmología Barraquer