El test de osmolaridad: ¿En qué consiste?
22/11/2024
19/09/2023
La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) es una enfermedad ocular que afecta principalmente a personas mayores de 50 años y puede tener un impacto significativo en la calidad de vida. Existen dos formas principales de DMAE: seca (o atrófica) y húmeda (o exudativa). La forma húmeda, aunque menos común, puede provocar una pérdida de visión más rápida y severa. Afortunadamente, en los últimos años se han desarrollado avances significativos en su tratamiento, lo que ha brindado esperanza a muchos pacientes.
El tratamiento más utilizado para la DMAE húmeda es el uso de fármacos antiangiogénicos. Estos medicamentos, como ranibizumab, aflibercept, brolucizumab o faricimab, se administran mediante inyecciones intravítreas directamente al interior del globo ocular (cavidad vítrea). Su administración, que se realiza en un quirófano o sala especialmente designada para ello, bajo estrictas condiciones de asepsia, resulta prácticamente indolora, gracias a la instilación de gotas anestésicas.
Los fármacos antiangiogénicos actúan bloqueando la formación de nuevos vasos sanguíneos anormales en la retina, reduciendo así el sangrado y la filtración de fluidos que caracterizan a la DMAE húmeda. Este enfoque ha demostrado ser altamente efectivo en la estabilización y, en algunos casos, incluso en la mejora de la visión en estos pacientes.
La terapia fotodinámica, que consiste en la inyección endovenosa de un fármaco que posteriormente es activado mediante un láser, era el tratamiento de elección en los pacientes con DMAE húmeda, antes de que aparecieran dichas inyecciones intravítreas. Actualmente, este tratamiento ha quedado relegado a un segundo escalón terapéutico, ya que los fármacos antiangiogénicos consiguen resultados anatómicos y en términos de agudeza visual manifiestamente superiores. De todas formas, en algunos subtipos de DMAE, como la vasculopatía coroidea polipoidea, todavía tiene una indicación clara, casi siempre asociada a las inyecciones intravítreas.
Es importante destacar que el tratamiento de la DMAE húmeda es un proceso continuo y requiere seguimiento regular con el oftalmólogo. Las inyecciones intravítreas generalmente se administran en intervalos regulares determinados por el médico, y se realizan controles periódicos para evaluar la respuesta al tratamiento y realizar ajustes si es necesario.
Si bien el tratamiento actual ha demostrado ser efectivo, es fundamental que los pacientes con DMAE húmeda se sometan a exámenes oculares regulares y busquen atención médica temprana. La detección precoz y el inicio del tratamiento pueden ayudar a preservar la visión y evitar complicaciones severas.
Dra. Maria José Capella, oftalmóloga del Centro de Oftalmología Barraquer