Mejora de los ensayos clínicos de oftalmología con inteligencia artificial: aplicaciones, beneficios y desafíos
17/12/2024
22/11/2024
La osmolaridad se refiere a la concentración de solutos presentes en las lágrimas, y su medición puede proporcionar información valiosa sobre la estabilidad y calidad de la película lagrimal, facilitando un tratamiento más personalizado y efectivo para cada paciente.
Un aumento en la osmolaridad de las lágrimas es un indicador clave de disfunción lagrimal y se asocia con diversas formas de ojo seco.
Es una prueba no invasiva y rápida, que no requiere preparación previa por parte del paciente y dura solo unos minutos. Se utiliza un pequeño dispositivo de recolección que se coloca suavemente en el margen inferior del párpado para absorber una pequeña cantidad de lágrima. La muestra de lágrima se introduce en un analizador de osmolaridad, que mide la concentración de solutos en la lágrima. El dispositivo proporciona una lectura numérica de la osmolaridad en miliosmoles por litro (mOsm/L). Se considera que una osmolaridad mayor a 308 mOsm/L o una diferencia de más de 8 mOsm/L entre los dos ojos muestra una disfunción significativa de la película lagrimal.
Está indicado en pacientes que presentan síntomas de ojo seco, tales como:
El test de osmolaridad se utiliza principalmente en el diagnóstico y seguimiento de las siguientes patologías:
Síndrome de ojo seco: Una condición común caracterizada por una falta de secreción acuosa o una evaporación excesiva de las lágrimas, llevando a una osmolaridad elevada.
Disfunción de las glándulas de Meibomio: Afecta la calidad de las lágrimas y puede contribuir a una osmolaridad anormal.
Blefaritis: Inflamación de los párpados que puede alterar la composición de la película lagrimal.
Trastornos autoinmunes: Enfermedades como el síndrome de Sjögren, que pueden reducir la producción de lágrimas y aumentar la osmolaridad.
Joaquim Fernández y Antonio Beltrán, Departamento de Biometría y Fisiología Ocular
El ojo seco es una patología crónica que consiste en la escasez de la cantidad de lágrima y/o en el deterioro de la calidad de la misma produciendo una inflamación de la superficie del ojo. Las lágrimas son esenciales para mantener la superficie del ojo lubricada, proporcionarle nutrientes y protegerlo contra infecciones. En este capítulo hablamos con el doctor Rubén Delgado sobre algunas cuestiones básicas sobre el ojo seco y los tratamientos que ofrecemos en Barraquer.