Mejora de los ensayos clínicos de oftalmología con inteligencia artificial: aplicaciones, beneficios y desafíos
17/12/2024
29/08/2022
La sensibilidad al contraste es la capacidad que tiene nuestro sistema visual para diferenciar un objeto del fondo en el que se encuentra. La medida de la sensibilidad al contraste (SC) determina el nivel de contraste más bajo que puede ser detectado por el paciente para una medida determinada de estímulo.
Una persona podría tener una buena agudeza visual y en cambio tener una pérdida de sensibilidad al contraste. Esta pérdida nos daría información sobre posibles enfermedades que la provocan como el glaucoma, maculopatías o cataratas, que podrían pasar desapercibidas en el test de visión habitual.
El test usado para dicha medición es el CSV-1000 que usa 4 patrones en forma de círculos con rayas claras y oscuras de diferentes grosores. Se realizará a dos metros y medio de distancia y de forma monocular con la corrección de lejos. Para cada patrón aparecen 2 filas de 8 círculos donde el paciente intentará distinguir si dicho patrón de rayas se reproduce en el círculo superior o en el inferior. Cada círculo es de mayor dificultad (menor contraste) que el anterior. La prueba se repite para los 4 patrones. De las respuestas acertadas o erróneas se obtendrá el valor de la sensibilidad al contraste y de ella su calidad visual.
Las personas diabéticas están predispuestas a padecer complicaciones en su salud ocular como la retinopatía diabética o el edema macular. Estas afecciones pueden no presentar síntomas inicialmente y causar daños irreversibles, pero se pueden prevenir con las revisiones oftalmológicas.