Mejora de los ensayos clínicos de oftalmología con inteligencia artificial: aplicaciones, beneficios y desafíos
17/12/2024
07/06/2021
Para que una imagen se vea nítida, los rayos de luz horizontal y vertical que llegan al sistema óptico del ojo deben formar un punto focal sobre la retina.
El astigmatismo implica una imperfección en la curvatura de la córnea o del cristalino, que hace que los rayos de luz vertical y horizontal tengan diferentes puntos de enfoque sobre la retina, lo que se llama un defecto de refracción. Se puede asociar tanto a miopía como a hipermetropía.
Un ojo con astigmatismo ve las imágenes distorsionadas ya que no consigue un enfoque adecuado ni de lejos ni de cerca. Los objetos pueden aparecer alargados o más anchos, a veces se confunden las letras y los números, e incluso en ocasiones pueden aparecer sombras.
Los síntomas más frecuentes de astigmatismo son:
• Visión borrosa o distorsionada
• Cansancio visual
• Forzar los ojos para ver
• Dolor de cabeza
El astigmatismo no se puede prevenir, pero se puede detectar con un examen oftalmológico completo. En la edad adulta si se padece un astigmatismo significativo se puede apreciar que la visión no es tan buena como debería ser. En cambio, es más difícil que un niño sea consciente de que tiene una mala visión. En la infancia, el astigmatismo no corregido puede ser una causa de ojo vago (ambliopía).
Esta situación se puede evitar corrigiéndolo con gafas antes de los 8 años. Por este motivo, es imprescindible realizar una revisión oftalmológica, incluso en ausencia de síntomas.
Actualmente existen diferentes opciones terapéuticas para corregir el astigmatismo:
► Corrección con gafas y/o lentillas es la forma más simple de corregir el astigmatismo.
► Cirugía corneal con láser. Las técnicas LASIK, PRK y SMILE son las más utilizadas en la operación de astigmatismo por su probada seguridad y eficacia.
► Lentes intraoculares. En casos seleccionados existen otras técnicas quirúrgicas como son el implante de lentes intraoculares tóricas ya sean fáquicas (conservando el cristalino) o bien pseudofáquicas (tras la extracción del cristalino o de la catarata).
Casi todos los usuarios de gafas y lentillas se plantean alguna vez reducir su graduación con las técnicas refractivas. En este capítulo les explicamos todas las opciones y les ayudamos a saber cuándo vale la pena operarse, quién es un buen candidato y por qué es tan importante elegir dónde hacerlo.