La cirugía del iris: avances y aplicaciones
24/12/2024
23/10/2018
El síndrome de ojo seco es una patología muy común que afecta a más de la mitad de la población. La sequedad ocular se puede deber a una producción insuficiente de lágrimas y/o a un exceso de evaporación.
En este último caso el problema radica en la ausencia o la insuficiencia de la capa externa lipídica de la película lagrimal (secretada por las glándulas de Meibomio) que va a provocar un evaporación excesiva de la lágrima, una inestabilidad de la película lagrimal y una reacción inflamatoria de la conjuntiva.
Como resultado de esta alteración se pueden manifestar trastornos de la visión, sensación de cuerpo extraño, inflamación, entre otros. También pueden aparecer modificaciones anatómicas con una atrofia de los orificios de salida de las glándulas de Meibomio, marcada por episodios infecciosos: orzuelos, sobreinfección conjuntival y hasta micro-ulceraciones del epitelio corneal.
La incomodidad diaria de los pacientes ha generado diversos tratamientos. Hasta ahora se aplicaba calor y se hacía un masaje, además de realizar una higiene palpebral con toallitas y lavados con suero fisiológico.
En la actualidad se está aplicando tratamiento IRPL (Intense Regulated Pulsed Light) que consiste en la estimulación de las glándulas de Meibomio mediante luz pulsada policromática.
Mediante esta estimulación las glándulas recuperan sus secreciones y la película lagrimal recobra una estructura normal, con lo que los síntomas relacionados con la sequedad ocular mejoran y en algunos casos se mitigan por completo.
Este tratamiento es: no invasivo, indoloro y totalmente inocuo para el globo ocular. La eficacia del tratamiento depende del seguimiento de un protocolo específico.
Este protocolo consiste en 3 sesiones conforme al siguiente calendario:
Este protocolo se puede repetir según la evolución de cada caso.