Mejora de los ensayos clínicos de oftalmología con inteligencia artificial: aplicaciones, beneficios y desafíos
17/12/2024
09/07/2018
Siempre es necesario un estudio preoperatorio riguroso, previo a la cirugía refractiva, para determinar la técnica quirúrgica más adaptada a cada caso, y conseguir un resultado visual óptimo y acorde con las expectativas de cada paciente.
La valoración empieza con una exploración oftalmológica básica que incluye la medida de la agudeza visual y de la refracción del paciente, un examen con lámpara de hendidura del segmento anterior y posterior del ojo, y la medición de la presión intraocular.
Una vez realizada la exploración básica, y tras definir con el paciente sus necesidades y expectativas visuales, se realiza otra serie de pruebas más específicas ya orientadas a determinar el procedimiento quirúrgico más adecuado en su caso.
Las opciones están entre la cirugía refractiva corneal con láser (técnicas LASIK, PRK y SMILE), y la cirugía refractiva intraocular (lentes fáquicas ICL, lentes intraoculares monofocales y multifocales).
Es necesario suspender el uso de lentes de contacto blandas unos días antes de las pruebas preoperatorias ya que estas pueden modificar la córnea y alterar las mediciones.
La topografía corneal es una de las pruebas clave. Consiste en un examen detallado de la superficie corneal en busca de posibles irregularidades o deformaciones (como por ejemplo un queratocono) que podrían contraindicar la cirugía refractiva, y nos permite conocer la curvatura, el espesor, la asfericidad y la excentricidad de la córnea.
La topografía corneal también nos mide la profundidad de la cámara anterior que es un dato importante para decidir la posibilidad de implantar una lente intraocular de tipo ICL conservando el cristalino intacto.
Otras pruebas como la pupilometría (que mide el tamaño pupilar en diferentes condiciones de iluminación), la aberrometría (que cuantifica las aberraciones ópticas) también aportan datos adicionales para personalizar el tratamiento refractivo corneal.
La biometría mide la longitud axial del ojo que nos permite determinar la potencia de la lente a implantar.
La microscopia especular analiza la forma y el número de células endoteliales y nos permite detectar patologías como la distrofia de Fuchs.
Asimismo la valoración de la superficie ocular permite determinar el riesgo de ojo seco postoperatorio para informar al paciente de las posibles molestias postoperatorias y adecuar la pauta de lágrimas artificiales.
En función de los resultados de estas pruebas más específicas, el oftalmólogo le recomendará la técnica quirúrgica más adecuada en su caso.
El preoperatorio es también el momento en el que el paciente debe preguntar todas aquellas dudas que pueda tener sobre el procedimiento y el postoperatorio.
Su oftalmólogo le informará detalladamente sobre el procedimiento quirúrgico, y sobre las ventajas y posibles complicaciones del mismo.