Mejora de los ensayos clínicos de oftalmología con inteligencia artificial: aplicaciones, beneficios y desafíos
17/12/2024
11/12/2024
El sistema visual del recién nacido es inmaduro y se irá desarrollando a medida que la corteza cerebral reciba estímulos apropiados y más o menos simétricos de ambos ojos durante los primeros años de vida. En los primeros meses, que son de especial importancia, se pueden distinguir diferentes etapas:
No será hasta los 8-9 años aproximadamente cuando la visión se desarrolle por completo, siendo los 4 primeros los de mayor progresión. En este período el sistema visual es muy vulnerable de manera que cualquier causa que comporte una mala visión de uno o ambos ojos, puede provocar una falta de desarrollo visual derivando en ambliopía u “ojo vago”. La posibilidad de recuperación del ojo vago es alta si se diagnostica y trata antes de los 4 años, edad a partir de la cual disminuye progresivamente, siendo prácticamente nula a partir de los 9-10 años. Es por ello que todos los niños deberían realizar una exploración oftalmológica completa por parte del especialista sobre los 2-3 años de edad, a pesar de no presentar síntomas.
Señales de alerta
Hay una serie de signos y síntomas que pueden indicar la existencia de algún problema visual y que, por tanto, deben ser motivo de acudir al oftalmólogo:
Lo que no aprendemos a ver en la infancia no se va a recuperar posteriormente en la edad adulta. No actuar a tiempo puede condenar al niño a tener un ojo vago de por vida, por lo que es vital el diagnóstico precoz.
Dra. Idoia Rodríguez Maiztegui, oftalmóloga del Centro de Oftalmología Barraquer
Charlamos con nuestra optometrista pediátrica Susana Escalera, que recibe en su consulta unos 30 niños al día. De su experiencia y habilidades depende que la visión de estos mini pacientes, algunos de los cuales son aún bebés, sea revisada de forma satisfactoria. Parece una tarea sencilla pero no lo es en absoluto.