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Celulitis ocular: ¿Qué es y cómo reconocerla?

Celulitis ocular

02/01/2025

¿Sabías que la celulitis no solo afecta la piel? Aunque muchas personas la asocian con marcas en las piernas, también puede aparecer en lugares inesperados, como alrededor de los ojos. La celulitis ocular es una infección que afecta los tejidos blandos perioculares, manifestándose de forma repentina con hinchazón, enrojecimiento y en ocasiones dolor.

Existen dos tipos principales: celulitis preseptal y celulitis orbitaria, y aunque ambas comparten ciertos síntomas, la segunda puede representar un riesgo serio para la salud si no se trata a tiempo.

La celulitis ocular suele ser provocada por bacterias como Staphylococcus aureus, Streptococcus pneumoniae o Haemophilus influenzae. Estas bacterias pueden introducirse en el área periocular debido a diversas causas, entre las que destacan:

  • Sinusitis: Las infecciones de los senos paranasales, especialmente los frontales y etmoidales, son la principal fuente de contagio, dada su cercanía al ojo.
  • Lesiones en la piel: Cortes, rasguños o picaduras cerca de los ojos permiten que las bacterias penetren.
  • Infecciones previas: Procesos infecciosos en el rostro, como infecciones dentales o faciales, pueden extenderse hacia los tejidos oculares.
  • Traumatismos o cirugías: Golpes o procedimientos quirúrgicos recientes pueden facilitar la propagación de bacterias.

Mientras la celulitis preseptal afecta las capas superficiales de los tejidos alrededor del ojo, la celulitis orbitaria compromete estructuras más profundas dentro de la órbita, lo que la hace potencialmente peligrosa.

Síntomas

  • Celulitis preseptal:
    • Hinchazón y enrojecimiento del párpado.
    • Dolor leve.
    • No afecta la visión ni limita el movimiento ocular.
  • Celulitis orbitaria:
    • Hinchazón severa y protrusión del globo ocular (proptosis).
    • Dolor intenso, especialmente al mover el ojo.
    • Visión borrosa, disminuida o doble (diplopía).
    • Fiebre, malestar general y síntomas de infección más marcados.

La distinción entre ambos tipos es crucial, ya que la celulitis orbitaria puede progresar rápidamente y causar complicaciones graves, como la ceguera o abscesos e infecciones intracraneales.

El diagnóstico incluye un examen clínico detallado y pruebas de imagen, como una tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM). Estas ayudan a evaluar la extensión de la infección y confirmar si es superficial o más profunda. También pueden realizarse análisis de sangre y cultivos para identificar el agente infeccioso.

El tratamiento depende del tipo y la gravedad de la infección:

  1. Celulitis preseptal:
    • Se maneja con antibióticos orales de forma ambulatoria.
    • Compresas tibias y analgésicos para aliviar los síntomas.
  2. Celulitis orbitaria:
    • Requiere hospitalización para la administración de antibióticos intravenosos.
    • Analgésicos para aliviar el dolor.
    • Esteroides para reducir la inflamación los días posteriores.
    • En casos graves, puede ser necesaria una cirugía para drenar el absceso.

Para prevenir la celulitis ocular se deben tratar oportunamente las infecciones sinusales, mantener una buena higiene ocular y evitar manipular heridas faciales sin desinfectarlas adecuadamente. Ante los primeros signos, como hinchazón o dolor inusual, consulta a un especialista. La celulitis ocular puede provocar consecuencias muy graves a nivel oftalmológico y neurológico y puede tener un impacto fatal en el paciente. Sin embargo, la detección precoz de la enfermedad y el manejo adecuado preservará la visión y evitará complicaciones.

Dra. Sandra Planella, oftalmóloga del Centro de Oftalmología Barraquer

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