Mejora de los ensayos clínicos de oftalmología con inteligencia artificial: aplicaciones, beneficios y desafíos
17/12/2024
03/12/2020
La córnea es la parte más sensible de todo el cuerpo, con una sensibilidad aproximadamente 400 veces mayor que la piel. Por este motivo, algo tan minúsculo como una pestaña puede causar grandes molestias si cae en el ojo y apenas notarlo si cae en la piel de la mejilla.
Las causas de esta sintomatología son variadas y frecuentemente se deben a que un pequeño cuerpo extraño ha entrado en el ojo, como una pestaña, partículas de polen (en primavera), arena de la playa (en verano), restos de maquillaje, etc. Pero puede ser por otras causas que detallamos, como:
1. Una inflamación de la conjuntiva (llamada conjuntivitis) de tipo alérgico, vírico, bacteriano o mecánico. Un orzuelo también puede provocar esta sensación ya que el bulto provoca un roce mecánico con el ojo.
2. En pacientes jóvenes portadores de lentes de contacto es el abuso de las mismas, provocando una reacción tipo alérgica en la conjuntiva o una infección en la córnea.
3. Por el síndrome de ojo seco, por falta de lágrima o por mala calidad de la misma, sobre todo cuando abusamos del uso de pantallas, ordenador o móviles.
4. En pacientes afectos de blefaritis (la inflamación o una infección del borde palpebral y pestañas) suelen quejarse de sensación de cuerpo extraño por la mañana cuando se despiertan.
5. Con ojo seco severo, la sensación de cuerpo extraño fluctúa con el estado de la hidratación ocular.
6. En pacientes que hayan tenido alguna vez una herida corneal, debido a una débil adhesión de la piel superficial de la córnea (el epitelio), pueden notar una fuerte sensación de dolor y cuerpo extraño en la madrugada. Puede ocurrir esta erosión corneal recidivante meses o hasta años después de la herida corneal.
Cuando haya entrado un cuerpo extraño por un accidente es imprescindible acudir a urgencias para valorar si hay rotura de algún tejido del ojo, retirar el cuerpo extraño y recetar fármacos adecuados para evitar infecciones. En cualquier caso, un cuidadoso lavado con suero fisiológico, hidratación del cuerpo y de los ojos con lágrimas artificiales, el uso de gafas protectoras y una dieta sana siempre ayudan a mantener los ojos sanos y lejos de estas patologías oculares.
Doctora María de la Paz, oftalmóloga del Centro de Oftalmología Barraquer