Mejora de los ensayos clínicos de oftalmología con inteligencia artificial: aplicaciones, beneficios y desafíos
17/12/2024
21/06/2018
La vía lagrimal es un sistema tubular de drenaje que recoge la lágrima mediante unos pequeños orificios, denominados puntos lagrimales, en el extremo más nasal de ambos párpados y la canaliza hasta la nariz como si de una cañería de desagüe se tratara.
Si la vía lagrimal se encuentra taponada en algún punto de su trayecto la lágrima rebosa y el paciente llora.
Las obstrucciones altas (proximales) que se localizan en el punto lagrimal, pueden ser tratadas con colirios de cortisona, en el caso de que la obstrucción sea por edema (hinchazón) o bien mediante la técnica quirúrgica de puntoplastia con la que se ensancha el orificio de entrada.
Cuando las obstrucciones del sistema lagrimal están localizadas a mayor profundidad, denominadas obstrucciones bajas (distales), requieren siempre un tratamiento quirúrgico conocido como dacriocistorrinostomía, existiendo varias alternativas de abordaje para realizar un nuevo orificio de salida de la lágrima a la cavidad nasal.
Ninguna de estas técnicas tiene un 100% de éxito ya que la propia cicatrización del paciente hace que en un porcentaje bajo de casos intervenidos el orificio pueda cerrarse con el tiempo y reaparezca el lagrimeo.
Para evitarlo al máximo se coloca un tubo de silicona durante unos meses después de operar.
En la dacriocistorrinostomía externa se realiza una pequeña incisión en la piel del paciente con la que confeccionamos un orificio que conecta de nuevo la vía lagrimal con la nariz.
Para realizarla se disimula la incisión en el surco nasolagrimal (la ojera). Debido a que se lleva a cabo a través de la piel, el agujero u osteotomía se puede hacer de mayor tamaño que usando otras técnicas quirúrgicas.
La confección de un orificio de paso mayor beneficia una mejor permeabilidad del sistema lagrimal tras la cicatrización de la herida, siendo el porcentaje de éxito del 90%.
En la dacriocistorrinostomía con láser transcanalicular, se realiza también una conexión del sistema lagrimal del paciente con la nariz con la ayuda de una pequeña sonda de láser diodo que se introduce por los puntos lagrimales, de tal modo que la osteotomía conseguida es de menor tamaño que la técnica externa pero evitamos realizar la herida en la piel del párpado. La tasa de éxito es del 70% aproximadamente.