Última jornada de revisiones del año en Terral
09/12/2024
31/08/2020
Bajo el lema La salud visual es calidad de vida futura, la Fundación Barraquer ha publicado la guía Infancia y pantallas. Cómo cuidar la salud ocular en casa y en la escuela para contribuir con los padres en el fomento de los hábitos de protección de la salud ocular de los más pequeños.
Actualmente 1 de cada 4 niños y niñas sufre trastornos visuales y se estima que esta cifra aumente en los próximos años como consecuencia del abuso que, desde edades muy tempranas, hacen de la visión próxima por la alta exposición a las pantallas. Además de la indiscutible atracción de los más pequeños por los dispositivos electrónicos, los últimos meses de confinamiento y la introducción de las nuevas tecnologías al ámbito docente han favorecido el incremento del uso de móviles, tabletas y ordenadores, lo que hace suponer un aumento en las enfermedades oculares y una gran preocupación entre los especialistas, por la carencia de estudios científicos que determinen el efecto real sobre la visión.
El peligro del abuso de las pantallas
Cuando leemos a través de una pantalla hacemos uso de la visión próxima e intermedia indistintamente, lo que supone una continúa contracción de la musculatura del ojo, que mantenida sin descanso puede generar un sobreesfuerzo y aumentar el riesgo de fatiga ocular, especialmente en pacientes pediátricos.
Además, las actividades con aparatos como el ordenador, la tableta, el smartphone, la televisión o la videoconsola, disminuyen la frecuencia de parpadeo, lo que provoca visión borrosa transitoria, molestias relacionadas con la sequedad ocular y, en niños y adolescentes, puede llegar a causar alteraciones a las glándulas de Meibomio, encargadas de fabricar lágrima.
El trabajo de cerca, prolongado, junto con la ausencia de luz natural, puede tener impacto en la salud ocular e incluso potenciar algunas de las afecciones oculares más frecuentes durante la adolescencia y niñez, como es el caso de los defectos refractivos (miopía, astigmatismo e hipermetropía), y el estrabismo, que pueden derivar a su vez en ojo vago. Todas ellas tienen un buen pronóstico si son detectadas de forma precoz, pero también resulta fundamental llevar a cabo unas adecuadas medidas de higiene visual tanto en casa como en la escuela.
Compromiso con la prevención de la salud visual infantil
“El desarrollo integral de los niños y adolescentes depende en buena parte de la evolución correcta de su visión. La maduración de la visión se inicia en el nacimiento y finaliza aproximadamente a los 8 o 9 años”, afirma la doctora Idoia Rodríguez Maiztegui, ofalmóloga del Centro de Oftalmología Barraquer.
“La Fundación Barraquer está comprometida con la salud ocular de nuestra sociedad y queremos insistir en la infancia, ya que en la situación actual se ha convertido en un colectivo vulnerable por haber sufrido las consecuencias visuales del confinamiento”, manifiesta Francesc Ballbé, director de la Fundación Barraquer. En respuesta a este propósito, la Fundación publica la guía para padres Infancia y pantallas. Cómo cuidar la salud ocular en casa y en la escuela. La guía, elaborada por especialistas de Barraquer, que se puede descargar gratuitamente de la página web www.barraquer.com, recoge recomendaciones generales para cuidar los hábitos visuales de los niños, ya sea en casa como en la escuela: trabajar con luz natural, realizar descansos periódicos, no olvidarse de parpadear, cuidar la postura corporal, utilizar el modo nocturno o los filtros de luz azul de la tableta u ordenador y usar las gafas, si están prescritas.
Además, los expertos aconsejan establecer límites en el uso de las pantallas entre niños y adolescentes, que tendría que ser únicamente ocasional y no debería superar la hora diaria en los niños de 3 a 6 años, ni las 2 horas en los menores de 16 años.
Desde Barraquer recordamos, especialmente, la importancia de las revisiones oftalmológicas pediátricas, a pesar de que no exista sintomatología, ya que el desarrollo visual finaliza a los 8 o 9 años aproximadamente, siendo los primeros 4 años los de mayor progresión y mayor plasticidad neuronal. “Por eso, en caso de que exista algún problema ocular, es imprescindible detectarlo y tratarlo lo más precozmente posible, ya que más allá de esta etapa puede ser irreversible”, tal como afirma la doctora Rodríguez Maiztegui.
Charlamos con nuestra optometrista pediátrica Susana Escalera, que recibe en su consulta unos 30 niños al día. De su experiencia y habilidades depende que la visión de estos mini pacientes, algunos de los cuales son aún bebés, sea revisada de forma satisfactoria. Parece una tarea sencilla pero no lo es en absoluto.