Anomalía de Peters: ¿Cómo afecta a los ojos?
05/11/2024
11/01/2022
El test de Teller, también conocido como test de mirada preferencial, es el examen que se realiza para poder valorar de manera objetiva y cuantitativa la agudeza visual de pacientes, principalmente de corta edad, que no colaboran para realizar los exámenes visuales subjetivos porque todavía no hablan o porque presentan problemas psicomotores que lo impiden.
El test consiste en presentar una serie de láminas delante del paciente, a una determinada distancia que varía en función de la edad del mismo. Estas láminas contienen un agujero central de pocos milímetros a través del cual el examinador valorará la respuesta de fijación del niño ante los estímulos de la lámina que le mostramos.
Las láminas presentan unas líneas en uno de sus extremos de manera que el niño o la niña dirige la mirada hacia el lado de dichas líneas. En cada una de las láminas, las líneas tienen un grosor diferente. La dificultad del test radica en que las líneas de las láminas cada vez son más estrechas lo que provoca que finalmente la criatura pierda la atención y finalice la prueba. El test suele realizarse de manera monocular, comenzando por el ojo que sospechamos que presenta más dificultades de visión.
Charlamos con nuestra optometrista pediátrica Susana Escalera, que recibe en su consulta unos 30 niños al día. De su experiencia y habilidades depende que la visión de estos mini pacientes, algunos de los cuales son aún bebés, sea revisada de forma satisfactoria. Parece una tarea sencilla pero no lo es en absoluto.